noviembre 11, 2014

Lo último que te he escrito no fue para ti, fue para mí. Quisiera ser la misma que la que escribió en ese entonces aunque a veces dudo de si en verdad era yo, así tal cual: sin caretas ni pudores.
Ahora tengo mucho ruido en la cabeza, una mezcla de recuerdos que me traen sonrisas y otros que reviven rencores. Una sarta de porqués sin respuesta alguna y más de mil razones que aparecen como flashbacks y que yo, sinceramente, he prefierido archivar. Archivar porque olvidar es muy dificil, porque tengo un poco de cobarde y porque olvidar significa que podría volver a equivocarme.
Así que están ahí, para devolverme la cordura cuando me vuelvo vulnerable y a la vez, para culparme. Es confuso y dañino, como cuando estabamos juntos. A lo mejor, eso lo explica todo... La del problema era yo porque ya sin estar tú todo sigue siendo igual: felicidad-caos-paz, una y otra vez.
Tal vez por eso te escogí, porque odio la rutina y desearía tenerle alergia a las rosas.

diciembre 28, 2013

He dejado de creerte, de ver amor en tu forma de mirarme. He dejado de darte tiempo, de darte opciones. He dejado de pensar que eres lo que creí que eras y de meter las manos al fuego por ti. He dejado a un lado los recuerdos, los he puesto en una balanza y he dejado de ser tuya. He empezado a ser mía.

De nuevo.